PERIODO 2
UNIDAD TEMÁTICA: MONOTEISMO CRISTIANISMO
SUBTEMA: LA RELIGIÓN HOY
OBJETIVO: Analizar las características de la religión en el mundo
actual
Fecha de entrega: 31 de julio de 2020
Correos electrónicos: lmaragonsu@unal.edu.co linad3s@gmail.com
EL
DIÁLOGO INTERRELIGIOSO
El diálogo interreligioso es la interacción
armónica, positiva entre las personas que profesan diferentes religiones o
creencias. Es un medio poderoso, un nuevo rol que están asumiendo los
diferentes credos para construir una sociedad más justa a partir de la
mediación entre puntos de vista distintos.
Se basa en la promoción de respeto y amistad entre mujeres y hombres de
diferentes religiones. Y en la actualidad este diálogo se hace indispensable ya
que cada vez el mundo se transforma, la gente traspasa fronteras, convergiendo
diversas culturas, tradiciones y creencias religiosas.
Al respecto el papa Francisco, en su intervención en el Pontificio
Concejo para el diálogo interreligioso celebrado en noviembre del 2013 declaró:
“una actitud de apertura en la verdad y en el amor debe caracterizar el
diálogo con los creyentes de las religiones no cristianas, a pesar de los
varios obstáculos y dificultades, particularmente los fundamentalismos de ambas
partes» (n. 250). En efecto, no faltan en el mundo contextos en los que la
convivencia es difícil: a menudo, motivos políticos o económicos se imponen a
las diferencias culturales y religiosas, haciendo hincapié también en incomprensiones
y errores del pasado: todo esto corre el riesgo de generar desconfianza y
miedo. Sólo hay un camino para vencer ese miedo, y es el del diálogo, del
encuentro caracterizado por la amistad y el respeto. Ese es un camino humano.
Dialogar no significa renunciar a la propia identidad cuando se va al
encuentro del otro, y tampoco ceder a compromisos sobre la fe y la moral
cristiana. Al contrario,
«la verdadera apertura implica mantenerse firme en las propias convicciones
más hondas, con una identidad clara y gozosa»
Ciertamente,
es necesario que todo sea con respeto a las convicciones ajenas, incluso de
quien no cree, pero debemos tener el valor y la paciencia de ir al encuentro
del otro por lo que somos. El futuro está en la convivencia respetuosa de las
diversidades, no en la homologación de un pensamiento único, teóricamente
neutro. Hemos visto, a lo largo de la historia, la tragedia del pensamiento
único. Por eso, es imprescindible el reconocimiento del derecho fundamental
de la libertad religiosa, en todas sus dimensiones. Estamos convencidos de que
por ahí pasa la edificación de la paz del mundo”.
En este sentido la religión hoy especialmente la
iglesia católica es consciente de la importancia del diálogo en un mundo tan
fragmentado. Es necesario lograr
encuentros que fortalezcan lazos de solidaridad para entender que todos creen
en algo y no es con imposiciones que se logra una sociedad más justa, es con la
convicción de tener derecho a la palabra, a ser escuchado y escuchar al otro
que la religión asumiría un rol mediador en las dinámicas mundiales.
ACTIVIDAD
Con base en la lectura titulada ¿Cuáles son los contenidos de un diálogo
interreligioso? Responda las siguientes preguntas.
- ¿qué características de la religión budista se asemejan a la cristiana?
- “Las tierras desiertas del odio, la corrupción, la pobreza y la violencia que tanto dañan la vida humana, divide a las familias y desfiguran el don de la creación”. Con esta expresión, ¿qué mensaje quiso enviar el Papa Francisco a las culturas religiosas existentes en Bangladesh?
- En los últimos 35 años, ¿Qué iniciativas para el diálogo interreligioso ha tomado la religión cristiana?
¿CUÁLES
SON LOS CONTENIDOS DE UN DIÁLOGO INTERRELIGIOSO?
Mateo González Alonso 4 diciembre 2017 (05:00)
Mateo González Alonso 4 diciembre 2017 (05:00)
Los budistas
No
es raro ver al papa Francisco encontrarse con todo tipo de líderes religiosos.
El último viaje a Myanmar
y Bangladesh nos ha
dejado interesantes
ejemplos de diálogo interreligioso en dos países en los que los cristianos son
minoría.
El miércoles 29 de octubre, por la
tarde, en Rangún, la ciudad más grande de Myanmar, Francisco pudo reunirse con
el Consejo Supremo de los monjes budistas, precisamente en uno de los templos
budistas más significativos de la zona, el Kaba Aye Center de Rangún, conocido
como la “Pagoda Mundial de la Paz”. Una completa crónica de Vida Nueva deja constancia de este
encuentro.
Descalzo, como todos los monjes, en
su discurso Francisco subrayó
“los lazos de amistad y de respeto que unen a los budistas y a los católicos”
y, a partir de ellos, invitó las “testimonio común”. ¿Pero de qué?
A través del discurso pontifico,
la “dignidad de la persona” que
está en “las bases de nuestras respectivas tradiciones
espirituales, sabemos que existe un camino que nos permite avanzar, que lleva a
la curación, a la mutua comprensión y al respeto. Un
camino basado en la compasión y en el amor”. Para el Papa, el mensaje de
budismo puede ayudar a “superar todas las formas de incomprensión,
intolerancia, prejuicio y odio”. Valores que interpelan a la sociedad birmana
–pero no solo–.
“Que los budistas y los católicos
caminemos juntos a lo largo de este sendero de curación, y
trabajemos hombro con hombro por el bien de cada uno de los habitantes de esta
tierra”, terminaba diciendo Francisco ante los venerables monjes.
Los musulmanes e hinduistas
La
historia política reciente de Bangladesh está vinculada íntimamente con la
creación de una patria musulmana, cuando hace 50 años Pakistán se creó con el
final de la India colonial. Ahora bien, una gran cantidad de budistas e
hinduistas –con un 0,6% de católicos– conviven en el que es el séptimo país más
poblado del planeta. El islam moderado es la corriente más extendida en
Bangladesh, aunque el radicalismo ha aumentado en los últimos tiempos haciendo
más frágil la democracia en construcción de la nación asiática.
El papa Francisco llegó en rickshaw al
jardín del Arzobispado de Dacca y allí participó, el pasado viernes 1 de
diciembre, en un encuentro con representantes de las religiones
musulmanas, budista e hinduista del país. En
esta ceremonia el mensaje ha sido similar al de los demás momentos de este
viaje. El Papa hizo una llamada de atención “respetuosa pero firme a quien
busque fomentar la división y el odio, la violencia en nombre de la religión”.
Francisco, como nos contaba Antonio Pelayo desde allí, pidió “apertura de corazón”, que traduce en ser una
puerta abierta al diálogo y no un simple intercambio de ideas, una escalera que
lleve al absoluto y abra la mano a la amistad y un camino que conduzca a la
búsqueda de la bondad, el
bien de nuestros prójimos e irrigue “las tierras desiertas del odio, la
corrupción, la pobreza y la violencia que tanto dañan la vida humana, divide a
las familias y desfiguran el don de la creación”.
La paz
Si
apenas estamos empezando a intuir de qué va el ecumenismo, con el diálogo
interreligioso estamos en mantillas. Los grandes signos
de diálogo, entre las grandes tradiciones religiosas que la historia nos ha
dejado hasta este momento, están relacionados con la paz –o, más bien, con la
ausencia de esta–.
En este sentido son un clásico los
encuentros de Asís. Iniciado en 1986 por el impulso de Juan Pablo II,
convocó a líderes religiosos de todo el mundo para orar juntos –aunque no
revueltos– por la paz. En aquella ocasión, el papa polaco sufrió todo tipo de
críticas, suspicacias y acusaciones desde el momento de la convocatoria.
Como ha narrado en varias ocasiones Antonio Pelayo, los
recelos se pusieron de manifiesto desde el primer momento en el que el
papa Wojtyla, para subrayar
la aportación de las religiones al Año Mundial de la Paz proclamado por la ONU,
convocó este encuentro en la celebración de la Semana de Oración por
la Unidad de los Cristianos de aquel año.
Un cuarto de siglo después, Benedicto
XVI volvió a impulsar la convocatoria. Enseguida confirmaron participación 176 representantes de religiones de más de 50
países, incrementándose el número de musulmanes en momentos de especial
tensión con el Vaticano. Aunque, la gran novedad, fue la participación de cuatro personas no creyentes. En
esta ocasión parece que el ‘fuego amigo’ dentro de la Iglesia se redujo
considerablemente.
En 2016, Francisco volvió a los 30
años, al convento de Asís a renovar el llamamiento por la paz. Entonces, el
Papa, en un llamamiento conjunto, repasó el camino realizado. Para el
pontífice, el encuentro en Asís “ha unido sin confundir, dando vida a sólidas amistades
interreligiosas y contribuyendo a la solución de no pocos conflictos. Este es el
espíritu que nos anima: realizar el encuentro a través del diálogo, oponerse a
cualquier forma de violencia y de abuso de la religión para justificar la
guerra y el terrorismo. Y aun así, en estos años trascurridos, hay muchos
pueblos que han sido gravemente heridos por la guerra. No siempre se ha
comprendido que la guerra empeora el mundo, dejando una herencia de dolor y de
odio. Con la guerra, todos pierden, incluso los vencedores”.
Es verdad que queda mucho por hacer en el tema de la paz. Pero, ¿habrá llegado el momento de abrir a nuevas
cuestiones el diálogo interreligioso?
(Artículo tomado de: Vida Nueva - Revista y portal de noticias
religiosas y de Iglesia - https://www.vidanuevadigital.com)
FUENTES DE INFORMACIÓN
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