PERIODO 2
UNIDAD TEMÁTICA: Identidad sexual y mi Yo interior
SUBTEMA: Me identifico sexualmente
OBJETIVO: Comprender algunos aspectos
relacionados con la sexualidad
Fecha de entrega: 11 de mayo
Correos electrónicos: lmaragonsu@unal.edu.co
linad3s@gmail.com
LA IDENTIDAD
La
identidad es lo que define quiénes somos y comienza antes de nacer, desde el
instante en que nuestra familia piensa sobre lo que seremos; se nos define
desde el sexo, es decir, si somos hombres o mujeres.
Lo
primero que hicieron nuestros padres fue ver nuestros genitales; desde ese
momento nuestra forma de vida quedo establecida en roles, expectativas y
estereotipos.
Si
nace una niña, la familia comienza a obsequiarle muñecas, bebés, vajillitas,
etc; poco a poco empieza a ser labores domésticas como barrer o cocinar; con
esto se inicia la transición de niñas a esposas y madres con responsabilidades. Si nace un niño le regalan carros, balones,
figuras de acción, etc. Poco a poco acompañan al padre en las actividades que
él realiza. Se inicia el paso de niños a esposos y padres, adultos con
responsabilidades.
Todo
lo que viven las personas después de que los identifica su sexo (masculino,
femenino) es género, es la construcción de la identidad, la cual es formada por
la cultura y la sociedad.
Otras
características que forman parte de nuestra identidad son la etnia, el color de
la piel, el estado civil, la edad, la religión, ser o no madres o padres, la
nacionalidad. La identidad es determinante del rol de género, porque le da a la
persona una concepción particular de sí mismo y con base a ésta le dará forma a
la manera como se conducirá ante los demás.
Considerando
que la identidad es la forma como la persona se representa ante sí misma y ante
los demás y si la identidad de género está compuesta fundamentalmente por
conceptos culturales, políticos, sociales y psicológicos; la identidad, es
entonces la construcción de su entorno. La representación que las otras
personas tengan del género, es lo que construye la identidad social, ya sea en
la aprobación de la persona o en su rechazo.
A continuación encontrarás la historia
de una princesa. Lee con atención el
cuento y luego responde las siguientes preguntas
- ¿Creen que la princesa debió quedarse de color Rosa y los príncipes de color Azul?
- ¿Qué cosas nos han ensañado que hacen los niños y que las niñas no las pueden hacer? y, ¿Qué cosas hacen las niñas que los niños no pueden hacer? ¿Por qué?
- ¿Qué cosas de las que nos han enseñado no podemos hacer por ser niño o niñas, querrías cambiar y también hacer? ¿Por qué?
- ¿Les gustó este cuento?, ¿Por qué?
Las
princesas son tan cursis que solo con un pequeño guisante escondido
debajo de cien colchones pierden el sueño. Carlota, sin embargo, podía dormir
como una marmota incluso sobre un elefante. Una vez conoció a una
princesa que se pasaba el día besando sapos del estanque para ver si alguno se
convertía en el príncipe azul. Pero Carlota no quería un príncipe azul.
¿Por qué no había princesas
que surcaran los mares en busca de aventuras? ¿O princesas que rescatarán a los
príncipes de las garras de un lobo feroz?
¿O princesas astrónomas que
pusieran nombres a todas las estrellas del universo? ¿O princesas cocineras que
hicieran tartas de chocolate y galletas con mermelada?
Carlota era una niña que
soñaba con cazar dragones, buscar tesoros, amaestrar mariposas, desenredar
enredos, fabricar aviones de papel, nadar a lomos de un delfín, perseguir
palomas mensajeras y conocer los confines de la Tierra viajando en un
gigantesco globo volador. Pero su madre era una reina
rosa, con sus vestidos rosas, su armario lleno de ropa rosa y una
habitación con cama, con sábanas y almohada rosas. Como tooooodas las
reinas.
Y su padre era un rey azul;
con su traje azul, su trabajo azul y su vida azul. Como toooodos los
reyes.
-¿Por qué estás tan seria
Carlota?- Le preguntó su madre una mañana.
-Mamá, ya no quiero ser una
princesa rosa. Yo quiero viajar, jugar, correr y brincar. Y quiero vestir de
rojo, de verde o de violeta…
-Hija mía- le dijo la
reina- , las princesas son muy delicadas y no pueden salir del palacio porque
se pondrían enfermas, no pueden correr ni brincar porque se estropearían sus
bonitos vestidos de seda. Y no pueden vestir de verde ni de azul porque esos
colores no les sientan bien. “Las princesas son como rosas, flores frágiles
cuyos pétalos no resistirían ni un soplo de viento”.
-Pero mamá, yo no soy una
flor. Soy una niña.
La reina se quedó pensativa
y luego respondió:
-Pues es verdad.
Entonces
decidieron ir a hablar con el rey.
-Papá,
dijo Carlota, yo no quiero ser una princesa rosa. Yo quiero viajar, jugar,
correr y brincar, y quiero vestir de rojo, de verde o de violeta…
-Hija
mía – le dijo el rey- . Las princesas son como las rosas, flores muy frágiles
cuyos pétalos no resistirían ni un soplo de viento.
-Pero
papá, yo no soy una flor. Soy una niña.
El
rey quedó pensativo y luego le respondió:
-Pues
es verdad.
Entonces
decidieron ir a hablar con el hada madrina.
-Hada-
dijo Carlota-, yo no quiero ser una princesa rosa. Yo quiero viajar, jugar,
correr y brincar y quiero vestir de rojo, de verde o de violeta…
-Carlota-
le dijo el hada-, las princesas son como rosas, flores cuyos pétalos no
resistirían ni un soplo de viento.
- Pero Hada, yo no soy una
flor. Soy una niña.
El
Hada se quedó muy pensativa y luego respondió:
-Pues
es verdad.
Así
es que el rey llamó a todos sus consejeros y Carlota les habló.
-Consejeros
reales, yo no quiero ser una princesa rosa. Yo quiero viajar, jugar, correr y
brincar y quiero vestir de rojo, de verde o de violeta…
-Carlota-
le dijeron los consejeros-, las princesas son como rosas, flores cuyos pétalos
no resistirían ni un soplo de viento.
- Pero, yo no soy una flor.
Soy una niña.
-¡Ooooooh!
– Dijeron los consejeros -, pues es verdad.
Entonces
decidieron convocar en palacio a todos los reyes, reinas, príncipes azules,
hadas madrinas y consejeros del mundo. Y todas las princesas unidas dijeron:
-Nosotras
no queremos ser princesas. Queremos viajar, jugar, correr y brincar y
vestir de rojo, de verde y de violeta. Y no somos flores ¡SOMOS NIÑAS!
Nadie
supo qué responder, hasta que habló la más anciana y sabia de todas las
hadas madrina allí reunida.
-Es
verdad; las princesas no son flores y a partir de ahora mismo podrán ser lo que
quieran ser.
Todos aplaudieron, excepto
un príncipe azul, que con el gesto muy serio, preguntó:
-¿Y ahora qué hacemos los
príncipes azules?
La anciana se quedó
pensativa antes de responder:
-Vosotros podréis vestir de
rosa.
Así, una tras otra, las
princesas dejaron de ser princesas y comenzaron a viajar, a jugar, a correr y a
brincar y, por supuesto, olvidaron los vestidos rosas y se vistieron de rojo,
de verde y de todos los colores del arco iris.
Y ahora, dime:
¿Por qué todas las niñas quieren
ser princesas?
Cuento e ilustraciones de
Raquel Díaz R.
BIBLIOGRAFÍA
Secretaría de Educación del Distrito. Transformemos
los roles y estereotipos de género en el colegio. (2015). Bogotá
Instituto Jalisciense de las mujeres. Manual
de sensibilización en perspectiva de género, mujeres y hombres ¿Qué tan
diferentes somos? (2008). Jalisco México:
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